COLORES PRIMARIOS



En Colores Primarios Dolores Rosner nos presenta una visión despojada, afectuosa e irónica de la mujer en términos genéricos y autobiográficos. La autora toma como perfil general sus propios rasgos físicos: delgada, morocha de tez blanca y pelo lacio, para presentar distintas etapas de evolución y crecimiento femenino desde la adolescencia a la madurez. Sencillas y ágiles, sus personajes se desenvuelven con gracia, acompañándose con soltura.

Es un ensayo pictórico genérico, sin hacer hincapié en postulados feministas, dado que sus mujercitas ocupan sus lugares cómodamente, y es sutilmente autobiográfico dado que la autora las pensó desde su experiencia de vida personal y compartida. Miembro de una familia numerosa en la que madre, tías y hermanas fueron presencias enérgicas, tuvo en cuenta también la vida social en la que las mujeres interactúan compartiendo distintas situaciones. Es un universo femenino en el que los hombres no parecen tener demasiado lugar, y si lo tienen, no compiten con el espacio en el que están instaladas estas mujeres.

El título de la muestra responde a los fondos, a veces recortado entre figuras de mayor tamaño, a veces cubriendo la mayor parte de la tela, en la cual las figuras pasan a ser un apéndice del color, como En los hombres las prefieren rubias y El sol sale para todas. Responde también a los sentimientos básicos desde los cuales se fueron hilvanando los temas. El recorrido va desde la formación rígida de las jóvenes, como en el caso de Educadas, en el que retrata a su madre, quien recibió una educación sumamente severa, al descubrimiento de si misma en Quererse así, Uno múltiple, Ser otra…ser Monalisa, y a la trama de sentimientos que unen y separan a las mujeres entre si desde lo particular a lo social.

La autora no se instala en lo anecdótico superficial, cada instancia revela un estado de ánimo, un ritual personal o social en el que nos podemos reconocer. En Buscando la luz I, II y III Rosner desentraña su propia búsqueda existencial, de la oscuridad a la luz, del la no comprensión a la revelación del sentido de la existencia.

Esta serie de obras extensa articula un cambio profundo en la visión de la artista y en su manera de trabajar. Su tratamiento de la pintura en acrílico de fondos y de figuras es impecablemente contemporáneo. Se ha alejado de otras series anteriores en las que el sentido de la obra era explícito. No se distrae en sombras, ni en nostálgicos collages de fotos antiguas, ni en románticas atribuciones a la memoria, recursos que han sido usado en los últimos años por innumerables artistas hasta el hartazgo. En Colores Primarios Dolores Rosner sostiene los tonos elegidos en toda su intensidad y luminosidad, y pinta con definición y austeridad las figuras. Es en el movimiento sutil que le imprime a los cuerpos, en la proximidad o distancia entre estos, en las miradas que se encuentran o que se ignoran, que leemos una historia.

Como espectadora y analista de su obra celebro esta serie y los cambios que implican.


sábado, 7 de mayo de 2011

MUESTRA NEW YORK. Contemporánea







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